iError #1!
Lavarse la cara iFacilito! Lo aprendí a hacer cuando tenía 4 años, me enseñó mi mamá… Pero ya esa etapa pasó, y hay complicaciones en mi piel.
Acné, manchas, arrugas, deshidratación, rojez, sensibilidad, iSon muchos los retos! Así que me gasto un montón en sueros buenísimos y cremas, las uso fielmente después de haberme lavado la cara con mi scrub favorito, sacándome bien las células muertas, con un cepillito suavecito y mi agua tibia… iPero sigo igual, y a veces hasta peor!
¿Y que hago? Como que he perdido las esperanzas. Lo he probado TODO. Ninguna crema me funciona bien y sigo con los mismos problemas de piel.
¿Dónde estoy fallando?
Un alto porcentaje de nuestros clientes, cuando llegan a nuestra clínica de estética expresan estas inquietudes y se quedan totalmente sorprendidos cuando les explicamos que el problema principal está en cómo se limpian el rostro, los productos que utilizan para hacerlo y su forma de aplicación.
No todos los productos “limpian” bien a todos los tipos de pieles. Y los jabones en barra menos. Las pieles necesitan productos que tengan el ph, la penetración y poder de exfoliación adecuado. Hay veces la prioridad es poder de disolver las grasas y otras limpiar profundamente, pero protegiendo la piel más sensible o reseca.
Ahí es donde se destaca la efectividad de la orientación profesional en nuestra clínica, ayudando al cliente a escoger el, o los productos adecuados para la limpieza. Otro punto de suma importancia es el cómo se aplican estos productos. La idea de limpiar “bien”la piel frotándola, con algún scrub, exfoliante o cepillo es contraproducente y las respuestas en nuestro cutis, con demasiada frecuencia, no es lo que deseamos.
Otro punto importante es la temperatura del agua. El agua caliente no es beneficiosa en nuestro clima tropical. En lugares muy fríos el ir calentando la piel poco a poco antes de lavarla puede ser adecuado, pero con nuestras temperaturas altas durante todo el año este paso no es recomendado, al contrario, lavar la cara con agua bien fresca es de beneficio para todos.
La frecuencia con la cual limpiamos el rostro es también importante para mantener el balance necesario. Normalmente, el mínimo de limpiar la piel, es dos veces al día, en la mañana y en la noche. Si hacemos ejercicios o sudamos es importante que limpiemos la piel para remover las secreciones y las impurezas. Las pieles grasas deben lavarse tres veces al día y en las pieles acnéicas puede ser conveniente lavarla hasta cuatro veces al día. Por ejemplo, en la mañana, a la hora de almuerzo, al regresar a la casa después del trabajo y en la noche antes de empezar el proceso para retirarse en la noche… cuando nos preparamos para ver las noticias, la novela o ver nuestro programa favorito. Para muchos clientes es difícil esperar a limpiarse la piel inmediatamente antes de acostarse a dormir. La regla es hacerlo lo más tarde que pueda sin que se deje de hacer el paso que es tan importante. iNo tiene que ser antes de que la cabeza toque la almohada!
En Irvine Esthetique, cuando examinamos la piel de nuestros clientes, hacemos las recomendaciones de los productos y a la misma vez, les enseñamos cómo debe limpiar su rostro. Los movimientos siempre serán suaves, sin frotar y sin presión. El producto adecuado hace lo necesario para limpiar la piel perfectamente. Si utilizamos el producto incorrecto y frotamos fuertemente irritamos la piel. La estimulación produce un calor que resulta inflamatorio y puede afectar los capilares (creando venitas rojas en la piel) o reacciones a los productos que se apliquen después de la limpieza.
Con frecuencia no es que seamos “alérgicos” a un producto porque nos arde un poco o nos molesta, es que hemos sobre-activado la piel y esta no resiste otra aplicación de productos.
El “scrub” agresivo, con el propósito de eliminar células muertas como lo puede hacer un cepillo (aunque sea suave) o un productos con granitos que “raspan” la piel desatan un mecanismo de auto-reparación de la piel o de defensa inflamatoria a la agresión. En las pieles grasas, este tipo de limpieza estimula las glándulas sebáceas y el engrosamiento de la capa superficial de células muertas, por lo tanto pueden producirse mas espinillas o mas grasa, lo mismo que tratamos de combatir. Al raspar la piel la hacemos mucho más vulnerables a infecciones, inflamaciones y daño solar. Por lo tanto, hay veces que la reacción es que se agrava un acné o la piel se mancha.
En las pieles sensibles, la limpieza agresiva agrava la sensibilidad e impide que la piel sane. No es que la piel sensible no necesite una limpieza profunda, es que frecuentemente hay que utilizar un pre-cleanser para disolver las impurezas sin irritar y después lavar el rostro con un limpiador espumoso, que no irrite o sea abrasivo y ayude a mantener un ph para proteger el ácido mantle de la piel. Si afectamos esta barrera protectora con una limpieza agresiva bajamos las defensas naturales de nuestra piel.
Por estas razones, si no estás conforme con tu rutina de productos es muy posible que tu limpieza sea la culpable. En Irvine Esthetique nos esmeramos para buscar el proceso correcto para cada persona y les enseñamos los pasos a seguir. Así nos aseguramos de que los sueros o cremas hagan las funciones que cada piel necesita para tener los resultados deseados.
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